jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquella Flor



Había una flor.

Nadie la vio.

En medio del combate en el campo de batalla,

Percibí su perfume.

A ellas no les importa,

Nunca les importan los desafíos de los hombres.

Simplemente son lo que son,

Hermosas.

Ellos caminaban a su lado sin ver,

Ocupados, sombríos, automáticos.

En un ahora atemporal las agujas se detuvieron.

Mientras el mundo inmóvil esperaba,

Aquella flor y yo nos reconocimos.

Ninguno se dio cuenta,

Y a pesar de todo,

Ambos existíamos y latíamos de Vida.


¿Cuántas flores aún no se han percibido?

¿Cuántos relojes apresaron tu espontaneidad?

¿Cuántos guerreros, sin perder de vista el combate del momento, hacen la pausa y pueden también, disfrutar de un momento?


No importa,

Sé que bajo capas y capas de conceptos,

Tras montones de estructuras,

Tu sensibilidad continúa respirando.

Esa parte de ti comprenderá.

Huenupán

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