jueves, 30 de septiembre de 2010

Rutina



¿Cuál es entonces el desafío?

Te veo esperando sin saber qué es lo que esperas,

Te escucho gemir suplicando compasión,

No haces nada por salir y lo sabes.

Ya has entendido que hablar sobre los problemas es un paso importante,

Sin embargo la simple teoría no alcanza.

Es acción lo que se te pide.

Si tú no sabes a qué te enfrentas,

Si no puedes interpretar con claridad la situación en la que te hallas,

Si te sientes cómodo reptando, arrastrándote,

Relajado y acostumbrado al zócalo,

¿Qué pretendes?

Yo se que existe un techo, y tras él,

Un cielo,

Y más allá espacio vacío,

Misterio y libertad.

Pero sé que no podré llegar hasta allí si primero no resuelvo las cosas que existen cercanas al suelo,

Mi vida, mi mundo, mi ambiente.

Estás habituado a ser como eres y no quieres cambiar tus ineficaces métodos,

Eso está muy bien, para ti.

No creo ni quiero que eso forme parte de mí

¿Hasta cuándo habrá que amoldarse a la realidad?

¿Cuándo comprenderemos que lo cierto depende del ojo con el que se mira?

Si no vas a hacer lo que dices,

Es simple,

No hables.

Pues la vida de hacedor es mucho más interesante que la de patético y cobarde criticador.

No me malinterpretes,

Deseo que esto quede bien claro:

Siempre que no contribuyas a la solución,

Tu, y lo que digas, conforman el problema.


Huenupán

domingo, 26 de septiembre de 2010

Seguir



El camino escarpado no permitía tropiezos.

Paso constante y temple de acero eran necesarios.

Sin prisa pero con firmeza,

Así se avanzaba por aquel terreno complicado.

Nadie a quien recurrir,

Nada a que aferrarse,

Tan solo la certeza de saber que más tarde o más temprano,

El paisaje cambiaría.

Y así fue, tras una saliente,

Todo el panorama se transfiguró.

Los picos dieron paso a llanos,

La pendiente se hizo menos empinada,

Vegetación y horizonte inundaron los sentidos.

En aquel sitio había oportunidades de seguir,

No había ninguna razón para detenerse,

Nunca la hay.

Con más voluntad que sentimiento,

Continué caminando,

Seguro,

Asumiendo los riesgos, enfocado.

Y el terreno volvió a cambiar,

La perspectiva dio lugar a destinos impensados años atrás,

Se transformó

Y volverá a transformarse,

Como siempre fue, como siempre será,

Afortunadamente incierto,

Te escucho mascullar desorientado:

¿Cuál es la batalla?

Lo siento,

No puedo decírtelo…

Pues el desafío es personal,

Encontrar aquello por lo cual decidas caminar y batallar,

Solo depende de ti.

Huenupán

jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquella Flor



Había una flor.

Nadie la vio.

En medio del combate en el campo de batalla,

Percibí su perfume.

A ellas no les importa,

Nunca les importan los desafíos de los hombres.

Simplemente son lo que son,

Hermosas.

Ellos caminaban a su lado sin ver,

Ocupados, sombríos, automáticos.

En un ahora atemporal las agujas se detuvieron.

Mientras el mundo inmóvil esperaba,

Aquella flor y yo nos reconocimos.

Ninguno se dio cuenta,

Y a pesar de todo,

Ambos existíamos y latíamos de Vida.


¿Cuántas flores aún no se han percibido?

¿Cuántos relojes apresaron tu espontaneidad?

¿Cuántos guerreros, sin perder de vista el combate del momento, hacen la pausa y pueden también, disfrutar de un momento?


No importa,

Sé que bajo capas y capas de conceptos,

Tras montones de estructuras,

Tu sensibilidad continúa respirando.

Esa parte de ti comprenderá.

Huenupán