jueves, 30 de septiembre de 2010

Rutina



¿Cuál es entonces el desafío?

Te veo esperando sin saber qué es lo que esperas,

Te escucho gemir suplicando compasión,

No haces nada por salir y lo sabes.

Ya has entendido que hablar sobre los problemas es un paso importante,

Sin embargo la simple teoría no alcanza.

Es acción lo que se te pide.

Si tú no sabes a qué te enfrentas,

Si no puedes interpretar con claridad la situación en la que te hallas,

Si te sientes cómodo reptando, arrastrándote,

Relajado y acostumbrado al zócalo,

¿Qué pretendes?

Yo se que existe un techo, y tras él,

Un cielo,

Y más allá espacio vacío,

Misterio y libertad.

Pero sé que no podré llegar hasta allí si primero no resuelvo las cosas que existen cercanas al suelo,

Mi vida, mi mundo, mi ambiente.

Estás habituado a ser como eres y no quieres cambiar tus ineficaces métodos,

Eso está muy bien, para ti.

No creo ni quiero que eso forme parte de mí

¿Hasta cuándo habrá que amoldarse a la realidad?

¿Cuándo comprenderemos que lo cierto depende del ojo con el que se mira?

Si no vas a hacer lo que dices,

Es simple,

No hables.

Pues la vida de hacedor es mucho más interesante que la de patético y cobarde criticador.

No me malinterpretes,

Deseo que esto quede bien claro:

Siempre que no contribuyas a la solución,

Tu, y lo que digas, conforman el problema.


Huenupán

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