lunes, 30 de agosto de 2010

Imágen



En aquella isla solo había náufragos,

Moviéndose al ritmo de un compás impuesto.

Salvajismo y dependencia.

Ellos no lo sabían,

No querían o no podían comprender la ilusión del espejismo.

Se creían a sí mismos como reyes,

Pero desconocían que el imperio no era más que un reino de cartón pintado.

Colores y ruidos volviéndolos sumisos,

Obedientes, inofensivos.

Volviéndolos imágenes titánicas,

Y solo eso,

Imágenes.

¿Dónde quedó esa rebeldía del hombre salvaje?

¿Qué ocurrió con la Sangre gritando Libertad entre las venas?

¿Por qué conformarse con el triste escenario construido?

La isla se los tragaba, los consumía, los hipnotizaba de realidad,

Mientras yo, parado en medio, me sentía absolutamente solo en un mar de gente.

¿Qué hacía entonces allí?

¿Por qué no huía?

Quizás porque yo también era otra imagen,

O porque entre los náufragos había amigos, gente a la que amaba,

Y esperanza.

Me quedaba, además,

Para comprobar que la ilusoria libertad que allí ofrecían no era más que un placebo,

Dulce y tentador,

Inmediato,

Pero terriblemente expansivo, dominante y tirano.

Aquella isla no está en un lugar,

Lo abarca todo.

Sin embargo, con algo de voluntad,

Es posible construir una balsa,

Adentrarse en el océano incierto,

Más allá de lo conocido.

Y dejar entonces la imagen en la isla,

Abandonarla a sus procesos…

Con una única meta…

Ser libre de ser.

Huenupán

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