Primero debías respetar la voluntad de tus padres.
Por edad.
Luego la voluntad de tus maestros.
Por conocimiento.
Luego la de tus gobernantes.
Por poder.
Luego la de tus jefes.
Por economía.
La de tu dios.
Por espiritualidad.
Te pregunto camarada,
¿Qué sentido puede tener una vida de obediencia si las ordenes no conducen a los resultados que dicen, deberían suceder?
¿Cuándo tendrás el valor de respetar tu propia Voluntad?
Por Honor y Autorespeto como Espíritu Libre.
Huenupán
No hay comentarios:
Publicar un comentario