miércoles, 5 de mayo de 2010

Fe



¿Qué es lo que me hace escribirte camarada?
¿Cómo puedo estar seguro de que me entiendes?
¿Por qué razón insisto, si ni siquiera te conozco?

Es simple.
Porque quiero
Y porque confío en que tu también estás harto.
La fe y la gloria,
Son lo único que un guerrero lleva al otro lado de la escena,
Pasando el río.
Es mi fe quien me mueve,
Es la certeza que siento al comprender que:
Si algunos pudieron,
Si yo estoy pudiendo,
Tú también puedes.
Quizás solo necesitas que te lo recuerden,
Pues bien, toma esto como un recordatorio entonces.
Ninguna de estas líneas podrá liberarte de nada,
Pero si, tal vez,
Desempañen un poco el cristal con el que miras.

Úsame,
Úsame para volver cuando las urgencias de la vida enturbien lo verdaderamente importante.
No.
No vuelvas a mí,
Retorna ti, a tu esencia.
Regrésate de la ilusión a lo único que existe:
TU.

Cuando lo comprendas, dejarás de leerme,
Y comenzarás a leerte a través mío.
Hasta entonces,
Eleva tu frente hacia cielo,
Mira las estrellas,
Siente el viento,
Respira, si, respira,
Ya estás conectado con la vida, no necesitas nada más.
Es posible.


Huenupán

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