Nada pude hacer, se apoderó de mi la frustración…
Y te vi,
Te vi allí, oyéndome sin escuchar,
No eras tu quien me miraba.
Impotencia por no poder hacerte salir del escondite,
Un grito que no podías percibir,
Y la soga que podía rescatarte.
Pero no,
No te animabas a tomarla,
Me sentías pero no podías verme,
Tu prisión, hermética, inquebrantable.
Respeto tu elección,
Aunque estoy seguro de que elegirías otra cosa si pudieses ver un poco mas allá de lo que te han hecho creer.
Conformidad y miedo van de la mano cuando no te atreves a mirarte de frente.
Cuando pudiendo volar, prefieres arrastrarte,
Cuando siendo capaz de salir, prefieres la oscuridad de los hábitos circulares,
Cuando teniendo la oportunidad de las posibilidades, prefieres tan solo un pequeño centímetro cúbico de ser basado en la terquedad …
Lo siento, en verdad intento pero no hay nada que hacer,
tu también eres dios.
En mi condición, no elijo esa cárcel.
Huenupán
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