sábado, 3 de julio de 2010

A veces, cuando miro



A veces, cuando miro, veo tristeza y resignación en tus ojos,
No veo ganas de cambiar, ni de intentar,
Entonces me pregunto:
¿Para qué estás aquí?
¿Qué es lo que te empeñas en soportar?
¿Por qué no lo intentas?
Te mereces un mundo mejor, una familia mejor, un empleo mejor
Mereces también relaciones que te edifiquen, personas auténticas que construyan junto a ti…
¿Por qué crees que no?
¿Acaso consideras normal la hipocresía, el miedo constante, la duda?
¿Puede ser natural la desconfianza, el egoísmo y la búsqueda del poder por el poder mismo?
¿Para qué tantos adornos que no sabrás ni utilizar?
¿No es más natural unir tu capacidad a la de otros para crear algo más completo?
¿No te suena natural el deseo sincero de verte feliz?
¿O el respeto por tus ideas aunque no las comparta?
Es raro…

A veces, cuando miro, veo tristeza y resignación en tus ojos,
No veo ganas de cambiar, ni de intentar,
Entonces me pregunto:
¿Qué te ha pasado?
¿Cómo fue que perdiste la esperanza?
¿Luego de que dolor bajaste los brazos?
Si estás aquí para hacer que tu luz brille,
Si has nacido para aportar tu grano de arena,
Si aún estás aquí, es porque puedes,
Es porque te hirieron y te dejaron dándote por muerto,
Fatigado, moribundo.
¡Pero sobreviviste!
Y creo que ha llegado el momento de comenzar a vivir de la forma en que quieres,
De una manera auténtica.

A veces, cuando miro, veo tristeza y resignación en tus ojos,
No veo ganas de cambiar, ni de intentar,
Entonces me pregunto:
¿Cómo ayudarte a recuperar la fuerza para empuñar tu espada?
Es posible, lo sé.
Por eso sigo batallando,
Quizás sólo falte uno para que la guerra finalice,
Tal vez tu voluntad sea más importante de lo que piensas,
Tal vez no, pero…
¿Qué puedes perder intentando?
Si a fin de cuentas… no tienes nada.


Huenupán

No hay comentarios: